Reapareciste. Nuevamente, tu risa brotó entre todos aquellos recuerdos, a los que sólo podía volver en días grises. Tu voz quebró el silencio...ese triste silencio que se había tornado en algo cotidiano. El silencio de no verte, de no tocarte. El mismo silencio de no oirte ni sentirte. Y la soledad volvió a dolerme una vez más. Justo cuando creí que finalmente nada de eso valía la pena, fuí sorprendida. Recordé cuanto te deseaba..y que lejos estabas aún teniéndote frente a mí. Fue así que me di cuenta que todo lo hecho en aquel tiempo no había sido más que engañarme a mí misma..convencerme de que pasar la noche en vela esperando por una señal, o tal vez una respuesta, no era lo indicado; convencerme de que las lágrimas y las mariposas en la panza no eran lo mío. Convencerme de que nunca fuiste mío y nunca lo serías, convencerme de que no estabas hecho para mí, y que mis manos nunca volverían a rozar tu piel como alguna vez lo habían hecho. Todo esto no había sido más que un intento de minimizarte, cuando nisiquiera lograba entender como llegaste a estar tan dentro mío, y a la vez tan fuera.
Me encontré una vez mas, sonriendo estúpidamente, y a la vez deshaciéndome por dentro. Despedazándome lentamente, como las nubes que se desintegran en el cielo. Conciente del hecho de que nada avanzaría, y que probablemente los indicios que yo notaba en tus palabras o entus acciones, no eran mas que el producto de mi traicionera imaginación.
No comprendí. No supe como explicar tu interés repentino por mí, no entendí cual era el motivo que te hacía aparecer siempre de la manera más inesperada y en el momento menos indicado.
Tal vez el destino me esté jugando una mala pasada...o tal vez sea simplemente la vida. Y todos aquellos sueños de un beso inventado, que vuelven cada noche para acompañarme en mi inmensa soledad; tal vez seguirán repitiéndose una y otra vez..y así te encontraré. Y cada lágrima se secará para dar lugar a otra, así como tu recuerdo se irá. Yo se que se irá..y cuando por fin un nuevo pensamiento logre invadir mi mente, cuando una nueva etapa comience y todo esté a punto de renovarse...probablemente aparezcas de nuevo...con tu cabello desordenado y esa mirada hambrienta...como siempre, impredecible.